El nuevo marco de 40 horas en Chile agrega una nueva variable a la planificación de la fuerza de trabajo para las empresas. El desafío de implementar una nueva programación para los colaboradores no se vuelve más sencillo para las organizaciones, dado que, las reglas del juego tienen distintas aplicaciones a lo largo de las diferentes industrias del país.
Para entender cuáles industrias tienen un mayor desafío en la implementación de la nueva jornada laboral, identificamos dos características importantes para agruparlas.
Las empresas que enfrentarán los mayores desafíos en la implementación de las 40 horas en Chile, son aquellas que requieren un funcionamiento constante de sus líneas de producción, debido a la naturaleza crítica de sus productos o servicios. Esta necesidad es común en industrias con altos costos fijos, grandes volúmenes de producción y procesos que resultan difíciles de iniciar y detener.
Con esta característica podemos encontrar empresas mineras, empresas portuarias, el sector de salud (clínicas y hospitales) y toda compañía que por su naturaleza opera 24/7. Podemos agregar también a las empresas de procesos industriales, manufactura, energía, acero o farmacéutica
Esto significa que la planificación estándar de 40 horas semanales no aplica para este tipo de empresas. Así, enfrentan el desafío de encontrar una nueva planificación de su fuerza de trabajo que logre otorgar cumplimiento a las normativas laborales, minimizando pérdidas y manteniendo los niveles de operación óptimos.
Este atributo caracteriza a todas aquellas empresas que por su naturaleza, enfrentan altas variaciones de la demanda en rangos de tiempo de días y semanas. Acá podemos encontrar empresas del sector gastronómico, el retail y las empresas de servicio al cliente.
Estas empresas se enfrentan al desafío de cuadrar su dotación con el dinamismo de su demanda y así garantizar cierto estándar de nivel en el servicio. Esto hace más complejo el ajuste entre dotación y demanda, lo cual puede traer aumento de la venta pérdida o disminución de los niveles del servicio.
El problema con esta pregunta es que establece una relación lineal entre tiempo trabajado y fuerza de trabajo, cuando en realidad hay muchos más factores en juego.
Uno de ellos es la rigidez en la gestión de la fuerza laboral al interior de las organizaciones. En muchos casos, las prácticas de gestión pueden ser inflexibles, basándose en estructuras y procesos mecánicos que no siempre consideran las fluctuaciones de la demanda, los cambios en el entorno laboral o las necesidades individuales de los colaboradores. Este enfoque limita la capacidad de la organización para adaptarse a nuevas regulaciones, como la ley de 40 horas, influyendo en la productividad y el bienestar de los colaboradores.
La productividad también va a depender de la eficiencia y la eficacia en la administración de la fuerza de trabajo al interior de las organizaciones.
Mientras una empresa decida permanecer con sistemas manuales, baja trazabilidad de sus requerimientos operacionales o con una gestión rudimentaria de recursos humanos, es poco probable que logre planificar a las personas correctamente, en el momento correcto para la función correcta, sobre todo para aquellas empresas que comparten las dos características que vimos en la introducción.
Lo positivo es que este desafío también representa una gran oportunidad. El proyecto de 40 horas laborales está impulsando al país a modernizar el sistema de trabajo, creando regulaciones laborales que son más compatibles con la vida personal y el bienestar de las personas. A la vez, esta nueva ley incentivará a las organizaciones a modernizar sus sistemas de gestión de tiempo y fuerza de trabajo. Aquí es donde soluciones digitales avanzadas, como Breik, están ayudando a las organizaciones con altas variaciones en la demanda o de extensa continuidad operacional, alcanzar una nueva planificación de su fuerza de trabajo.
